El código visual contemplas las siguientes unidades narrativas de la acción: secuencia, escena, toma y planos del encuadre
Todos los medios de expresión visual, lexi-visual y audio-visual, tienen en común la existencia del encuadre. Aunque en la visión real no existen demarcaciones, en la representación bidimensional se precisan límites. La limitación que la pintura, la historieta, la fotografía y los medios audiovisuales tienen en cuanto a la necesidad de seleccionar el espacio real se convierte, simultáneamente, en una poderosa herramienta creativa.
Si se efectúa un análisis de las características que configuran cada una de las fases de un guión, es en la redacción o tratamiento, o la escaleta en su defecto, cuando un guionista ha de plantearse ciertos problemas y sus soluciones, inherentes a la sintaxis audiovisual, así como las relaciones tiempo-espacio y raccord[1] que se han de establecer en la narración. En este momento, hay que tener delimitadas cada una de las unidades que integran la acción. Por lo tanto, habrá que distinguir entre lo que es una toma, un plano, una escena, una secuencia y un bloque.
[1] Raccord.- Voz francesa que indica el ajuste perfecto y exacta continuidad de movimiento, sonido, vestuario, situación de objetos, etc., al pasar de un plano al otro como continuación de la acción iniciada. También se le llama así al plano que sirve de enlace en el montaje cinematográfico. Puede entenderse, entonces, como la continuidad y sucesión correcta de los elementos espaciales y temporales que forman parte de una producción en la fase de montaje o edición. Raccord de posición: es cuando en el empalme el sujeto asume la misma posición entre un plano y otro. Raccord de miradas: cuando el empalme hace que las miradas se crucen entre un plano y otro. Raccord en el gesto: consiste en iniciar un gesto al final del plano A y concluir el gesto al principio del plano B.